Corte por chorro de agua
El corte por corte por chorro de agua es un proceso mecánico en el que, mediante el impacto del agua a alta presión, se consigue cortar todo tipo de material, hasta conseguir la geometría deseada. IAM CUT dispone de 4 máquinas de corte por chorro de agua convencionales.
La tecnología de corte por chorro de agua y abrasivo consiste en agua presurizada a alta presión hidrostática (hasta 6000 bar) que, convirtiéndose en energía cinética, junto a partículas abrasivas de diferentes tamaños de arena, según la aplicación, crea un chorro de tres fases: Agua, abrasivo y aire. El chorro creado puede alcanzar hasta tres veces la velocidad del sonido (en torno a 1000 m/s) siendo así capaz de erosionar cualquier tipo de material en un alto rango de espesores, y conseguir cualquier tipo de geometría.
La idea básica del funcionamiento del proceso de corte es muy simple: se genera un flujo de agua desde una bomba hidráulica de ultra alta presión que va pasando por tubos cada vez más pequeños transformando así la presión hidrostática en velocidad, hasta que llega al cabezal de corte. Dentro del cabezal primero pasa por un minúsculo orificio de piedra (que varía entre 0,254 y 0,381 mm de diámetro en el corte convencional) que es donde se controla el caudal de agua. Una vez pasado el orificio, el chorro pasa a ser del tamaño de un cabello humano, y su siguiente paso es, añadirle partículas abrasivas. Para ello, se introduce a la cámara de mezcla mediante la gravedad un caudal específico de arena. El chorro compuesto por agua y abrasivo entra al tubo de mezclas de donde sale a gran velocidad y es capaz de cortar materiales como el acero de más de 300 mm de espesor. El tamaño chorro, depende del diámetro interior del tubo de mezclas, el cual normalmente cumple una relación de tres veces mayor que el orificio. Estos suelen ser de metal duro, y el diámetro ronda desde 0,76 mm hasta 1,5 mm.
Este método de fabricación tiene como origen la naturaleza ya que desde hace miles de años ha quedado demostrado que el agua es capaz de cambiar de forma prácticamente cualquier elemento al hacer efecto en ellos. De todas formas, su aplicación en la industria no vino hasta el año 1983. La gran flexibilidad que presenta el proceso hizo que su uso se extendiera a diferentes sectores aparte del corte de piezas para la ingeniería.
La productividad, flexibilidad, bajo coste económico y la gran capacidad de mecanizar cualquier material sin producir daños térmicos en su composición hacen del corte por chorro de agua una muy buena oportunidad de salir del mecanizado convencional.